Detrás de la banalidad del estímulo se esconde la complejidad de la respuesta. Saverio Cecere – Solofra-Italia, 2024.
“Etsi tuam naturam mutabilem inveneris, trasciende et te ipsum (Si encuentras que tu naturaleza es cambiante, trasciende a ti mismo). ¿Hacia dónde o hacia quién trascendemos? Exacto, hacia lo invisible. Lo invisible dentro de nosotros y lo invisible más allá de nosotros." Agustín de Hipona (354-430 d.C.)
Para llamar su atención sobre el tema que discutiremos más adelante, sugiero un diálogo entre Arthur y Patch tomado de la película "Patch Adams" del director Tom Shadyac.
…Arthur: «¿Cuántos ves?».Parche: «Son cuatro dedos Arthur».Arthur: «¡No, no, no, mírame! […] Te estás centrando en el problema. Si te concentras en el problema nunca verás la solución. Nunca te concentres en el problema. ¡Mírame! ¿Cuántos ves? Mira más allá de tus dedos, ¿Cuántos ves?Parche: «¡Ocho!».Arturo: «Sí, sí. Ocho es una buena respuesta. Sí, ves lo que nadie más ve. Ves lo que todos los demás eligen no ver, sin miedo, conformismo o pereza, ves el mundo entero como nuevo, cada día.…
El diálogo entre Arthur y Patch sugiere que nuestras creencias "ven la realidad tal como es". Nuestra mente percibe su profundidad, la reconstruye y la interpreta constantemente. Es un proceso muy complejo que conecta nuestro ser con todo lo que nos rodea en su óptica, aspectos físicos, fisiológicos y psicológicos, incluido el efecto de la actividad visual en el comportamiento humano y el efecto del comportamiento humano en la visión.
El ojo, como órgano sensorial, simboliza "el Ojo divino que todo lo ve" en todas las civilizaciones. En la antigüedad aparecía como la imagen del "Dios Sol". La Biblia también habla del "ojo de Dios". En la iconografía cristiana del Renacimiento, el ojo estaba dibujado dentro de un triángulo (misterio de la Trinidad). Luego está el Ojo de la Providencia, conocido como el Ojo Masónico “que todo lo ve”, y es probablemente el símbolo masónico más famoso. Este símbolo también se encuentra impreso en los billetes de dólares estadounidenses (muchos de los Padres Fundadores eran masones).
Después de estas breves notas históricas, el mundo que nos rodea es el mundo que vemos. Mirar-observar, cuyo significado más pleno es “mirar con atención” todo lo que nos rodea. El ojo es el instrumento que adquiere y transforma la luz en señales eléctricas, luego la transfiere al cerebro que procesará las imágenes en visiones.
Ya Plinio el Viejo (23-79 d.C.) en su Naturalis Historia declaró que el órgano de la vista no es el ojo sino la mente.
“Ver es el resultado de un cambio en el mundo exterior, donde el conocimiento, la cultura e incluso nuestro estado de ánimo juegan un papel importante. Por otro lado, ver es una manera de descubrir, de enriquecer nuestro pensamiento." (Rossetti, Gheller 2003).
Cuando observamos, es muy importante darnos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor.
La historia de la humanidad es la historia de los ojos humanos, de lo que han visto y comunicado al intelecto. Son la línea divisoria entre lo visible y lo invisible, entre el interior y el exterior. Por tanto, podemos concluir racionalmente que la sociedad, entendida como contenido y contenedor de todo lo que nos rodea, no aparece como la vemos, sino como "queremos verla". Cuando nos preguntamos si el mundo que nos rodea sigue o no una lógica ordenada y predecible, la respuesta depende de lo que estemos dispuestos a ver y de lo que estemos dispuestos a aceptar como orden.
El filósofo Christoph Von Sigwart (1830-1904) argumentó que "Hay mucho más orden en el mundo de lo que parece, y no lo que se encuentra hasta que se busca ese orden". La mente humana y su capacidad de ver es un fenómeno complejo. La psicología moderna ha demostrado que los seres humanos actúan según el modelo “estímulo-respuesta”, es decir, la proximidad temporal de la combinación entre un estímulo y una respuesta consecuente (Guthrie (1886-1959). Este modelo continúa aportando teorías y métodos para estudiar, analizar y comprender la dinámica compleja de una obra de arte. Cuando una combinación de estímulos (imagen, mensaje y contenido) resuenan en una obra de arte, esta conexión puede crear una gama de respuestas en el espectador que van desde la alegría hasta la admiración, del asombro a la tristeza, por el contrario, si el estímulo no produce respuesta, significa que el estímulo (la obra de arte) no despierta ninguna emoción en el espectador.
El proceso creativo de la obra comienza en la retina del artista que la crea y continúa en la retina del espectador. Su misión es enseñarnos que una misma cosa se puede ver de mil maneras diferentes y que esa diversidad es un valor añadido. Según el axioma de Paul Klee: "El arte reproduce lo visible, pero hace visible lo que no siempre se ve". Entonces aquí la tarea del artista es mirar a nuestro alrededor y hacer visible lo que hay, pero cuando el objeto elegido por el artista ya es visible, nos lo muestra de una manera nunca antes vista.
En la era contemporánea, con el surgimiento de nuevas tecnologías y la creciente interfaz interdisciplinaria entre arte, ciencia y tecnología, la obra de arte adquiere nuevas formas y significados. Los artistas exploran sus “visiones del mundo” que representan un cambio en la apreciación del papel del arte en la sociedad y las nuevas técnicas y medios que los artistas utilizan para expresar visiones cada vez más complejas.
Para resumir el enfoque de esta narrativa, tomamos prestado el ensayo "Complejidad cerebral y autonomía de los vivos" de Francesco J. Varela (Chile 1946 - París 2001) publicado por Feltrinelli en 1985, donde el autor afirma que el cerebro no almacena las experiencias sensoriales, sino que las "construye". Alrededor del 80% de nosotros vemos lo que esperamos ver y lo que nuestras experiencias de vida anteriores nos han mostrado y recordado. Intentamos encontrar en lo que vemos en el presente lo que vimos antes. Cada nueva experiencia visual se aborda con nuestro actual "almacén visual", se interpreta por todo lo que hay, y tras esta interpretación se actualiza según los casos y situaciones.
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…observa bien, dime ¿Cuánto ves?
